miércoles, 28 de octubre de 2009

Mar verdadero, de Soledad Cavero (1990)

En ese lugar que aún no conozco,
pero que intuye mi templo,
habrá mares rosados que vendrán a bañarnos
cuando nos invada el cansancio.

Habrá pájaros y peces brillantes
que se posarán a mis pies alumbrando la playa
con luces de oro que aquí nunca vimos.

Habrá árboles plateados con miel transparente
rebosando esos frutos que estarán en las ramas.

Y habrá cercanías tan bellas
que veremos nuestra piel pegada a los astros
y el aire meciendo sinfonías planetarias.

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